Antes de empezar a contar lo que ha dado de sí mi tarde sobre la bicicleta me gustaría centrarme en la entrada al blog de ayer. Para muchos, incluyéndome a mí, parecía un alto en el camino, un: "por este año basta", y esa era la intención. Cada persona tiene un límite, y el mío lo rebasé en Marzo. Todos buscamos frutos a los actos que hacemos, unos sentirse bien consigo mismo, otros buscan unas metas, otros... y el mío no era otro que la competición, lo he dicho mil veces y no quiero repetirme, pero eso está ahí, y si se mira al archivo de este blog, y como dice el título "Mi diario ciclista", se verá allá por los octubres que las cosas las tenía claras y si por mi fuera aún estaría compitiendo y con las cosas claras. Me refugio en este blog, que es un lugar donde cada uno expresa lo que quiere expresar, para decir lo que pienso, y el que critica tiene derecho a hacerlo, pero no a decir lo que uno u otro debe hacer.
Cambié de camino, me equivoqué, lo asumo, listo.
---
Pasando al día de hoy. Ha sido muy diferente a lo que llevo haciendo este año. No tenía muchas ganas de entrenar, y menos a forzar, pero sin irme a 3km de Morella he buscado el repecho que accede al pueblo y hasta que no me he hartado no he parado. Al final he hecho 7 subidas forzando, hasta que me he encontrado con el gran "Pechito" y me he ido con él, que a la postre nos hemos encontrado con el más grande aún Carlos Ripollés, y juntos hemos completado 50km más, que han sido "calidad de la buena" atacándonos y sin darnos un respiro.
**Al final he llegado a casa con 92km; 3h1min; 30,5km/h media