domingo, 2 de junio de 2013

2 de Julio de 2013

Hoy es 2 de Julio de 2013, lo puse antes en mi cuenta de Twitter, y ese tweet lleva mucho intrafondo detrás, no es un simple día.
Llevo todo el día releyendo este blog, desde 2009 hasta ayer. Un viaje contigo mismo, recordando sensaciones, pequeños detalles que hacían de cada día único.

Me entró mucha nostalgia, vi a un Pablo que disfrutaba, que se levantaba cuando caía. Llegaba arriba, se descolgaba y volvía a estar bajo.
Este blog es testigo de todo ello, y sirve como gran bola de cristal para saber casi a ciencia cierta lo que va a pasar. Porque aunque hable del Pablo del pasado, presente y futuro, Pablo sólo hay uno. Y éste actúa siempre igual. Es fácil.

Mi entrada , empezaba con esa fecha, hoy, y es que hoy, tras muchos meses corriendo sin saber hacia dónde, me he pegado el gran tortazo, en toda la cara. Una hostia de las que duelen, de las que las lágrimas queman, de las que maldices porque te cambian la vida.

(me voy un rato con la bici y sigo...)

...una mochila llena de café en un termo, agua y un manzana... por una montaña alta como Torremiró, un descenso hasta Chiva sudando adrenalina, pensando en nada más que en ir más rápido.

Habrá sido el café, el río, tumbarse y quedarse mirando nada; pensar en esto, escribir y qué escribir.
Es entonces cuando pensé que hoy debo ser algo egoísta y voy a escribirme para mi.

Y esta entrada me la hago para mi, en mi idioma, para que en días como esta mañana, te relees dos años después, y te das cuenta que el Pablo del pasado también cayó, creía que no se levantaría, fue capaz de seguir, progresar y conseguir por fin ganar. Lo conseguí porque no sabía que se podía hacer, parecía imposible.

Porque para conseguir lo imposible, creo que sólo hace falta ser el más rápido en levantarse y saber que no será la última caída.